15 DE MAIO DE 1910 – ALBACETE: O CAVALEIRO JOSÉ BENTO DE ARAÚJO NA INAUGURAÇÃO DA PRAÇA DE TOUROS DE CAUDETE AO LADO DE “BOMBITA” E DE “MINUTO” (na imprensa espanhola)


 

Biblioteca Digital de Albacete «Tomás Navarro Tomás»

TOROS

La plaza de toros de Caudete, con casi 8.000 localidades, fue inaugurada en 1910 por “Bombita” y “Minuto”

• El prócer Francisco Albalat Navajas financió y dirigió su construcción

• La corrida inaugural se celebró a puerte cerrada, asistiendo solamente el propietario y su esposa

Caudete ha sido actualidad taurina con motivo de la corrida de toros en la que reapareció Manuel de Paz, alternando con Julio Aparicio y Vicente Barrera en la lidia de toros de Román Rosando, de la que se da cuenta en estas páginas.

Pero Caudete, la gran desconocida de la provincia, tiene una historia taurina muy interesante, que parte de la construcción de su plaza de toros en la primera década del siglo, siendo inaugurada el 15 de mayo de 1910, siete años antes que la de Albacete.

La plaza de toros de Caudete, una de las de más bella arquitectura de España, fue construida por Francisco Albalat Navajas, hombre emprendedor de gran personalidad a quien el pretendiente carlista al trono de España, Carlos VII, concedió el título de Conde San Carlos, aunque la distinción nobiliaria nunca fue reconocida oficialmente por la Corona. Casado con una dama francesa de gran fortuna y siendo muy aficionado a los toros, pues llegó a ser empresario de Albacete, tuvo el capricho de levantar en Caudete una gran plaza de toros, que, por su silueta, recuerda a la de Las Ventas de Madrid, muy al gusto de la época. Francisco Albalat Navajas fue providencial para Caaudete, precisamente en una época de crisis, realizando grandes invwersiones y creando muchos puestos de trabajo. La plaza de toros, por su ambicioso proyecto, llamó la atención en toda España y sorprendió a los propios Caudetanos, ya que el espectáculo bravo apenas si contaba con unos pocos partidarios en la localidad. Diseñó su ambiciosa estructura y dirigió la construcción personalmente, corriendo a cargo de un maestro de obras. En breve tiempo estuvo terminada, pero el Ayuntamiento no concedió autorización para su apertura, por no haber sido proyectada y dirigida por un arquitecto, como era preceptivo. Al final, tras no pocas gestiones, pudo ser inaugurada y el señor Albalat tuvo la excentricidad, al parecer, de hacerlo a puerta cerrada, sin más espectadores que él y su mujer, con un cartel importante.

El primer toro, de Sabino Torres, fue rejoneado por el caballero en plaza portugués (José) Bento de Araujo, que tuvo una gran actuación. Otros zeis, de Saltillo, los lidiaron Ricardo Torres “Bombita”, que cortó tres orejas, y Enrique Vargas “Minuto”, que sustituía a “Machaquito”, por cogida, siendo discreta su actuación.

Hasta el mes de julio del mismo año, el día 17, no volvió a abrirse la plaza. También fue de categoría el cartel, repitiendo con toros de Saltillo. “Machaquito” resultó cogido de alguna consideración, por lo que “Gordito” hubo de matar cuatro toros, con gran éxito, saliendo a hombros; habia brindado a la esposa de Albalat Navajas, que le correspondió con un valioso alfiler de corbata. Prevíamente, con dos novillos de Sabino Flores, el rejoneador portugués Edo Macedo (NOTA: Eduardo Macedo) tuvo una buena actuación. Curiosamente, sólo asistieron a la plaza unos quinientos espectadores, lo que contrastaba espectacularmente con unos graderíos y palcos capaces para 7.900 personas ―aforo sumamente desproporcionado para Caudete―, un millar menos escasamente que la de Albacete.

Francisco Albalat Navajas, que fallecería seis años más tarde, perdió su vocación empresarial tras el desastre económico, y ya “Las Arenas”, que tal es el nombre del coso, no volvió a abrirse más que para algunas becerradas y festivales.

Pasaron los años, la plaza empezó a deteriorarse, llegó la guerra y, arruinada, hubo de ser demolida parcialmente, en la estructura de los grandes palcos, hasta su reconstrucción.

Albalat Navajas se comportó como un generoso prócer con Caudete, como decíamos, dando trabajo a centenares de obreros y contribuyendo al emballecimiento del pueblo. Además de la plaza de toros construyó la iglesia de San Francisco, donde en un artístico sepulcro de mármol reposan sus restos y los de su esposa, y todo el barrio del mismo nombre, con viviendas, todas iguales, que fueron ocupadas por la clase obrera, y que se conservan en magnífico estado, así como una casa en la calle. Abadía, en Hospital de Caudete y una residencia veraniega familiar, “El Paso”, donde conservó las seis cabezas disecadas de los toros lidiados el día de la inauguración de la plaza.

La reconstrucción de la plaza de toros fue un gran acierto y Caudete se siente legítimamente orgulloso. Ha sido salvada, aunque el aforo actual ha quedado reducido a poco más de un tercio del que dispuso hace 86 años, 2.821 localidades frente a las 7.900 de entonces, monumentalidad que resultaría económicamente nefasta. El 30 de agosto de 1986 fue reinaugurada a las 12.45 horas, siendo televisada en directo. En novillada de Escuelas Taurinas, actuaron con reses de Gabriel Rojas, de Seevilla, José Luis Bote, de Madrid; Manuel Molina, de Alicante, y José Damián Tébar, de Albacete. Se llenó Hasta la bandera, pese al tiempo lluvioso, y fue un éxito.

El cronista oficial de Caudete, Andrés Bañón Martínez, a propósito de la reinauguración de “Las Arenas”, hace diez años, escribió un artículo que recoge el proceso de recuperación, combinando la realidad con la fantasia; texto que parcialmente ofrecemos a continuación.

CRÓNICA

NOTA: Francisco Albalat Navajas faleceu em 1916, seis anos depois da inauguração da praça de Caudete.

In CRÓNICA DE ALBACETE, Albacete – 25 de Fevereiro de 1996