15 DE AGOSTO DE 1880 – MADRID: TRAGÉDIA NA PRAÇA DE TOUROS (na imprensa espanhola)


 

Biblioteca nacional de España


Ecos de Madrid

La corrida de novillos

Con un lleno casi completo, la tarde en un principio amenazando lluvia, y despues serena y despejada, se celebró la  corrida de novillos, segun los carteles, que teníamos anunciada.

Ocupaba la presidencia el teniente de alcalde Sr. Darribas y Dorrego, inteligente, al decir de varios, en aquellos asuntos que no se rozan con el arte taurino, el cual para él, para el Sr. Dorrego, es desconocido.

Dos toros embolados, que fueron picados, banderilleados y rejoneados, que se retiraron al corral, fué el principio de la fiesta.

Una cuadrilla de toreros, de invierno, á cuyo frente iban Gabriel Lopez (Mateito) y Tomás Parrondo (Manchao), hizo el paseo y se preparó á recibir el primer becerro, que pertenecia á la vacada de D. Donato Palomino, de Chozas de la Sierra.

Era el bicho de libras y poder, voluntarioso, hondo, retinto albardao, bragado y de buena cornamenta.

Lucia divisa amarilla, distintivo de la ganadería referida.

Los picadores castigaron á la fiera, que mató cuatro caballos y derribó cinco veces á los piqueros, resultando herido Ortega, levemente, en la cabeza.

En este primer tercio de lidia, y cuando le estaban los peones pasando de capa, el banderillero Nicolas Fuertes (el Pollo) sufrió una cogida.


Hé aquí el facultativo del doctor D. Antonio Alcaide Peña:

«El banderillero Nicolas Fuertes (el Pollo) ha sufrido, durante la lidia del primeer toro de puntas, una cogida, resultando con una herida penentrante de peecho, situada en la parte anterior y lateral izquierda del mismo, con cestrozo del centro cardiaco, á consecuencia de la que ha fallecido, sin dar tiempo más que á recibir la Extremauncion.»

El estupor que en el momento de dicho desgraciado incidente se produjo en el público pueden comprenderlo nuestros lectores.

Despues de retirado el infeliz Fuertes á la enfermería, la corrida continuó, con tales predisposiciones de ánimo en toreros y espectadores, que aquéllos no pudieron banderillearle bien ni mal, y Mateito, pasando ceñido, valiente y sereno, dió dos medias estocadas muy buenas, y hubiera concluido con la vida del cornúpeto, si la intempestiva órden del Sr. Darribao no hubiese mandado que le llevasen al corrral.

Tambien el referido becerro saltó la valla seis  veces; intentó hacerlo tambien por la contrabarrera, y dió en uno de los saltos una pisada á Vicente Carbonell (el Morenito), que le abrió una herida que le causó un toro há poco tiempo.


El caballero rejoneador Sr. (José Bento de) Araujo estuvo muy bien en todas las suertes, siendo muy aplaudido, y recibiendo en premio de su habilidoso trabajo muchos aplausos y una petaca de plata sobredorada.

Los dos toros que rejoneó el Sr. (José Bento de) Araujo, fueron muertos por Raimundo Diaz (Valladolid), bastante bien.

En el toro de puntas que se lidió despues, los banderilleros de Tomás Parrondo (el Manchao) estuvieron algo torpes, y éste, preocupaado con la fatal suerte de su compañero (el Pollo), aunque sereno en el pasar, hiriendo se mostró algo intranquilo, teniendo que mandar el presidente que el toro fuese echado al corral.

De los dos toros embolados no hablamos, porque es la barbaridad de las barbaridades.

P.

In GACETA UNIVERSAL, Madrid – 16 de Agosto de 1880