9 DE NOVEMBRO DE 1897 - MADRID: EL TOREO PORTUGUÉS (na imprensa espanhola)


EL TOREO PORTUGUÉS

De la misma manera que Francia va tomando nuestras costumbres en lo que á tauromaquia se refiere, ejecutando la lidia en la forma que se ejecuta en nuestras plazas, y con los mismos toreros españoles, relegando poco á poco al olvido las faenas de sus famosos saltadores, demasiado primitivos para distraer hoy á los aficionados, Portugal adopta la fiesta española también, pero con más retraso que el Mediodía de Francia. Todavía repugna en el vecino reino la fiesta con toros de puntas, y aunque los inteligentes periodistas taurinos de allá combaten esta sensiblería, lo cierto es que toro que salta á su coso tiene la obligación de besar antes el mueco y soportar las bolas.

Biblioteca nacional de España

La suerte característica de los portugueses es la de rejonear, pero la ejecutan de manera distinta á la usada antiguamente en España. El rejón es de muerte y no se clava, yendo hacia el toro con los peones al estribo y citándole por derecho, sino correteando alrededor de la res, esquivándola, hasta encontrar un momento favorable para pasar tan cerca, que en el instante de humillar no haya sino meter el brazo con rapidez y quebrar el rejón por la muesca que lleva en la parte media de la vara y quedarse con el puño como trofeo. Tampoco llevan los caballeros portugueses traje á la antigua usanza española y portuguesa, sino á la Federica, con casaca de terciopelo, calzón ajustado de punto, bota de montar hasta la rodilla, sombrero de tres candiles y el pelo empolvado en vez de la peluca, que sofoca, pero que es propia de semejante indumentaria.

Entre los modernos caballeros portugueses que más se han distinguido en la suerte del rejoneo, se pueden citar los siguientes:

Alfredo Tinoco da Silva, nació en Lisboa en 1855, y en 1873 se presentó ante el público en la plaza del Campo de Santa Ana. Ha sido forcado y banderillero y ha toreado en Madrid.

José Bento D'Araujo, nació en la Junquería (nota do autor do blogue: "Junqueira, perto de Belém, Lisboa) en 1852, presentándose por primera vez á rejonear en 1874. En 1893 toreó en Nimes (Francia), con mucho éxito y luego en Madrid alcanzó grandes ovaciones.

Luis do Rego, Es nieto del famoso político Magalhaes y nació en Lisboa en 31 de Agosto de 1859. Rejoneó por primera vez en la plaza de Villafranca de Xira en 8 de Agosto de 1880. En 1883, y en cierta función celebrada en honor del Rey de España D. Alfonso XII, este caballero demostró su habilidad clavando rejoncillos cortos, siendo el primero que ejecutó esta suerte en tales condiciones. Ha toreado con general aplauso en Madrid y Sevilla.

Adelino de Senna Raposo, natural de San Pedro de Sul, donde nació en 23 de Febrero de 1857. Salió á rejonear por primera vez en la plaza de Campo Pequeño en 1893 y estuvo contratado en Madrid, donde toreó en 25 de Julio del mismo año.

Manuel Casimiro D'Almeida, nació en San Pedro de Sul en 1858 y salió á rejonear en 1879. En Madrid figuró en la corrida celebrada el 4 de Mayo de 1891.

Fernando D'Oliveira. Vió la primera luz en Benavente el 12 de Marzo de 1859, y á los veinte años rejoneó en la plaza de Villafranca de Xira; y

Fernando R. Pereira, otro de los más brillantes rejoneadores portugueses, cuya biografía desconocemos, y que es uno de los que han conseguido más triunfos en la suerte en que tanto se distinguieron, además de los ya mencionados, hombres como Relvas, Sedren y Castel-Mehor.

Una de las particularidades más curiosas de la fiesta de toros en Portugal es el paseo como se celebraba antaño. Salen todos los individuos que han de tomar parte en la lidia y saludan al Presidente en colectividad, haciéndole luego aisladamente lso caballeros, volviendo grupas desde el centro del redondel y marchando en la dirección del palco presidencial de dos en dos ó en fila, caracoleando después de esta cortesia y luciendo sus habilidades de jinetes. El primero que entra en el redondel, antes del paseo es el cabo de forcados, conduciendo á una mula cargada con el cajón de las farpas y rejones.

En cuanto á las principales suertes después del rejoneo, diremos que todas se reducen á los quiebros y saltos y á sujetar á los toros. La forma de poner banderillas á porta gaiola, consiste en cambiar al animal con los palos á sua salida del toril ó esperarle á distancia y alegrarle en el momento en que sale, pareando después al cuarteo.

Los banderilleros más notables de Portugal han sido:

Vicente Roberto, José Joaquín Peixinho, Joao da Cruz Calabaça, Joao do Rio Sancho, Theodoro Gonçalves, Jorge Cadete, Rafael Peixinho y José Gonçalves Peixinho.

El trabajo que ejecutan los pegadores ó mozos de forcado no es seguramente de los más lucidos, puesto que consiste únicamente en entregarse al toro sin más auxilio que la fuerza de los brazos y una musculatura hecha á prueba de coscorrones. El caporal ó director seguido de su cuadrilla se adelanta hacia la res y la cita, consintiendo todo el mérito de su acción en arrojarse sobre el testuz y asirse fuertemente de los cuernos del toro, que lo campanea brutalmente mientras llegan los demás forcados y derriban al bicho.

Los forcados detienen también á los toros llamándoles hacia la barrera, en donde se sitúan de espaldas á los tableros, en los que apoyan los cuentos de unas horquillas de hierro con que lo reciben. Como se puede ver facilmente esto da origen á situaciones cómicas cuando el toro deshace las filas; pero no resulta nada artistico. Hay también otra manera de detener, y consiste en que cuando el toro va siguiendo á los bueyes que á propósito sueltan á la plaza, el caporal se arroja por detrás y se cuelga á un cuerno, mientas otro forcado hace lo mismo por el lado opuesto.

Tales son, á muy grandes rasgos, los detalles del toreo portugués en que descuella principalmente la vistosa suerte del rejoneo. Merece consignarse que los toros que se lidian alli, por las muchas veces que salen á la plaza, suelen saber más que los mismos toreros, lo cual peude servir de disculpa á los lidiadores y como un motivo de censura continua á los muchos é inteligentes periodistas taurinos que existen en Portugal, ardientes enamorados de la fiesta española y que claman inúltimente contra la exhibiciión de toros embolados.

Biblioteca nacional de España

In PAN Y TOROS, Madrid - 15 de Novembro de 1897