24 DE AGOSTO DE 1902 - LISBOA: UMA CORRIDA PARA ESQUECER NA PRAÇA DO CAMPO PEQUENO (na imprensa espanhola)


Biblioteca nacional de España

LISBOA

Con grandes reclamos en los periódicos diarios, organizó un grupo de explotadores de espectáculos sensacionales, una corrida en la plaza de Campo Pequeño la tarde del 24 de Agosto.

El grrran atractivo de la fiesta era la presentación en esta plaza de la torera apodada La Reverte.

Esta mujer, que ya en la plaza de Algés había mostrado su valor, era realmente un buen elemento para que la plaza se llenase, y casi lo consiguieron.

Claro es, que entre los espectadores predominaba el sexo débil, estando el otro sexo representado por los papás, maridos, etc., de las señoras que acudieron á ver la mujer torera.

Los verdaderos aficionados no estaban allí; y los que por fuerza de la costumbre no pudieron faltar, salieron enojados de lo que vieran, principalmente al observar el entusiasmo que despertó en esos otros aficionados de un día las mojigangas practicadas por La Reverte.

Quien apreciase la afición del público de Lisboa por lo que ocurrió en esta corrida, menguada idea formaría de su valer.

La Reverte es, sin duda, la más brava de todas las mujeres que hemos visto torear; mas preciso es hacer constar que no conoce el a b c del arte taurino.

Va fresca y alegre á los toros con las banderillas, porque casi siempre la ignorancia engendra esos atrevimientos. Si el perfecto conocimiento de las reglas de un arte concede al artista una determinada libertad de acción, la carencia absoluta de esos conocimientos determinan unas temeridades que muchas veces se confunden con el verdadero mérito.

La Reverte ha tenido en nuestras plazas la felicidad extraordinaria de que siempre le tocaron toretes nobles, lo que le ha hecho adquirir cierta confianza que ha puesto más en evidencia su valentía.

Mas la forma en que ella va á la cabeza de los toros, forma siempre invariable, sin atender á las condiciones y estado de las reses, demuestra claramente su perfecta ignorancia de las más rudimentarias reglas taurómacas.

Esa ignorancia se hace más palpable cuando maneja el capote ó la muleta.

Lo que hizo en esta corrida en los quites á los picadores, no debía dejar duda sobre el mérito de su trabajo; pues - parece imposible! - el público aplaudió con entusiasmo todas aquellas barbaridades. Con su pan se lo coman!

Los promovedores de la corrida, para darla visos de formalidad, contrataron al matador de toros Félix Velasco, que era nuevo en esta plaza, con sus picadores y banderilleros.

Velasco nada hizo de mérito, ni aun debió tomar parte en una función en la que había de alternar con una mujer.

Según nuestra opinión, hizo muy bien en permanecer casi toda la tarde en el callejón, porque esa era la única respuesta que merecieron los organizadores de la corrida, que, con un criterio digno de nota, le habían destinado un toro para banderillearlo, después del señalado para La Reverte.

El público ignorante, no comprendió la situación desaiarada del matador, que debía estar verdaderamente asombrado del craso desconocimiento que el público manifestó respecto á los más elementales preceptos que han de observarse en la distribución de una corrida.

Apenas colocó unos pares de banderillas y dió unos pases de muleta al toro que le correspondía.

Toro!... Aquél, como los otros lidiados, sólo tenía de toro el nombre en el cartel.

Pertenecían á la Compañia de las Lecirias y á Paulino da Cunha, lo que basta para hacerse cargo de su trapio y de la superior lidia que darían dichos animalitos.

Los caballeros fueron José Bento d'Araujo y Simões Serra.

José Bento (de Araújo) estuvo desgraciadísimo. Ni una sola vez entró en el terreno debido y remató siempre de cualquier modo. Hasta perdió aquella alegría que tan popular le ha hecho entre el público.

El único que consiguió agradarnos algo enmedio de aquella juerga, fué Simões Serra.

Nos gustó ver la manera, correctamente artística, con que citó en casi todas las suertes, y la perfecta medición de los terrenos, viendo llegar y rematando con mucho lucimiento.

Lástima fué que el público no le aplaudiese como merecía; mas tenga paciencia: las palmas eran... para La Reverte!


De los banderilleros, apenas se notó de bueno un par de Tomás da Rocha, y la brega de este mismo artista en los toros lidiados por los caballeros. Los demás, nada hicieron, porque los bichos no se prestaban, y también porque todos ellos figuran en el número de los banderilleros que apenas pisan nuestra plaza... por milagro.

Para terminar, pondré en conocimiento de los curiosos de rarezas taurómacas, y de los que escriban en lo futuro algún libro de tauromaquia, que tomó aspecto de artística una suerte que apenas hubieran ejecutado los mismos mistificadores ó mojigangueros del arte.

En la plaza de Campo Pequeño, en presencia de la autoridad y con el beneplácito del director de la corrida, se ejecutó una pega de espaldas, estando el pegador sentado en una silla.

Las reglas que se necesitan poseer para su perfecta ejecución son sencillísimas: absoluto desprecio por la integridad de los propios huesos.

M. TITO DAVID.

In SOL Y SOMBRA, SEMANARIO TAURINO ILUSTRADO, Madrid - 13 de Novembro de 1902

NOTA: Apontamentos sobre señoritas toreras e LA REVERTE

"En 1894 aparecieron “LAS NOYAS” también llamadas “Señoritas Toreras” con una cuadrilla completa de mujeres compuesta por LAS HERMANAS PAGÉS, LAS HERMANAS SIMÓ, JULIA CARRASCO, ISABEL JERRO Y MARIA MAMBEA. Alcanzaron gran popularidad en España, Francia y Portugal.

Fueron de esta época “LA GUERRITA”, “LA MALAGUEÑA” que alternó con “Lagartijo” y “Machaquito”. Mª Salome “LA REVERTE”, todavía se duda si era hombre o mujer. Cuando en 1908 Juan de la Cierva proclamó la Real Orden que prohibía el toreo a pie a las mujeres alegando: ”Esta ley se hizo por las protestas públicas y porque el espectáculo era impropio y opuesto a la cultura y a todo sentimiento delicado”. “La Reverte” dijo que era un hombre llamado Agustín  Rodríguez y continuó toreando como tal. Ya retirado de los ruedos finalizó sus días como guarda en una finca."

FONTE: "LA MUJER Y LOS TOROS" por P. BARRERA - http://opinionytoros.com/tribuna.php?Id=826