28 DE MAIO DE 1893 – NIMES: TOUROS FROUXOS, TOUREIROS ESPANHÓIS E CAVALEIRO PORTUGUÊS BONS – E PÚBLICO CONTENTE (na imprensa espanhola)

 

Biblioteca nacional de España

Toros en Nimes

La corrida de toros que se celebró el domingo, en Nimes, con el concurso de toreros y bichos españoles, tuvo interés bajo el punto de vista taurino, según noticias recibidas de aquella ciudad francesa.

Los trenes de Narbonne, Montpellier, etc., condujeron multitud de viajeros á la ciudad de las célebres arenas.

La avenida de la estación, los boulevares y las principales calles, se hallaban invadidas por bulliciosa muchedumbre ansiosa de contemplar la fiesta española.

Dos horas antes de empezar la corrida los aficionados hacían cola, ni más ni menos que en Madrid cuando se trata de adquirir billetes para las grandes solemnidades taurómacas.

Aseguran los periódicos que hace mucho tiempo no ser había visto en la plaza de Nimes la animación que en la última corrida. Más de 20.000 espectadores llenaban los tendidos del grandioso anfiteatro, á pesar del terrible sol que parecía quería contribuir al brillo de la función en clase de picador.

La entrada de los toreros avec le ceremonial espagnol, produjo gran sensación, siendo saludada con estruendosos aplausos.


Arenas de Nimes.
Foto: D:R.

En el primer toro, el caballero en plaza (José) Bento d’Araujo, el espada Santos y la cuadrilla de éste, fueron muy aplaudidos.

Durante la lidia del segundo el pueblo comenzó á s’échauffer pidiendo la muerte del toro, sin conseguirlo.

Varios espectadores fueron atacados de insolación, por lo que fueron sacados del local.

Algunos españoles gritaban ¡al corral! ¡Al corral!

El cuarto dió poco juego, pero el quinto, que no estaba embolado, salió al ruedo con brios, arremetiendo contra los piqueros, lo cual fué muy aplaudido por la concurrencia.

El prefecto del Gard y su señora no pudieron contener su entusiasmo y gritaban ¡Ollé! ¡Ollé!

El público pidió la muerte por un procedimiento semejante al de los belgas pidiendo sufragio; el prefecto hizo una débil muestra de asentimiento. Y el Tortero tomó los trastos y se fué derecho al cornúpeto.

Durante la faena del diestro el público guardó religioso silencio, hasta que habiendo el Tortero dado dos estocadas sin resultado, algunos aficionados, que aun no distinguen, promovieron una bronca. Por fin, á la tercera espiró el bicho, entre las aclamaciones de los 20.000 paisanos de Daudet.

El último, que fué el de la tarde, ó mejor dicho el de le soirée, lo mató el Ecijano, previa una lucida faena, que fué muy del gusto du public.

Es de notar que las autoridades y el prefecto no se retiraron, como es costumbre, durante la muerte de los toros, lo cual prueba que las corridas de muerte son ya, sino permitidas, toleradas en Francia, pese á la ley del señor de Granmont.

La prensa pide á la empresa que procure que los toros de la próxima corrida sean mejores.

En resumen, los toros flojos, los toreros buenos y el público très satisfecho.


El rejoneador José Bento de Araujo en 1893.
Cartel disponible en el Musée des Cultures Taurines, Nimes.

Referente á esta corrida, las últimas noticias que hemos recibido dicen que han sido procesados los diestros españoles Tortero, Ecijano y Torerito por haber dado muerte con estoque á los toros lidiados en aquella plaza el pasado domingo, contraviniendo lo dispuesto acerca del asunto por las autoridades francesas.

In EL ISLEÑO, Palma de Mallorca – 3 de Junho de 1893