24 DE MAIO DE 1891 - MADRID: CORRIDA EXTRAORDINÁRIA COM CAVALEIROS PORTUGUESES (na imprensa espanhola)


Biblioteca nacional de España

TOROS


Corrida extraordinaria

Ocho toros, dos cavalheiros, tres matadores y medio... todo esto organizamos en un momento para el jueves último. ¡Y que cartelitos! ¡Viva el lujo y quien lo trujo! ¡Nosotros los barberos, cuando nos ponemos, semos atroces!

Pero las nubes quisieron tomarnos el pelo, largando sendos chaparrones, y si nos descuidamos, hubiéramos presenciado una

gran función navo-terrestre

(cual la de Villamelon)

muy propia del Circo ecuestre

de Colon.

Porque de Colon eran seis de los cornúpetos preparados para el sacrifício, y además hubiéramos visto la pista convertida en estanque, como en aquel Circo.

Y como muchos toros de los que se lidian en nuestra plaza nada tienen que envidiar en punto á mansedumbre á los amaestrados que trabajan en los circos ecuestres, y teníamos jinetes á la lata escuela, monos sabios y, ainda mais, diestros que eclipsan toreando á Tony-Grice, la semejanza no podía ser más perfecta.

por algo dice (quieriendo decir otra cosa) un periódico, que salió ayer tarde, que los matadores "han mantenido la hilaridad del público" en esta temporada.

Suspendióse á tiempo la corrida, que ayer tarde, por fin, se verificó, y fué terrestre, á secas ó en seco.

¡Buena entradita! ¡Y menuda juerga sus vamos á correr los barberos con los parneses de afeitamos ayer!

El ganado. - Lidiáronse en primer lugar dos toros d'Arrabal, rejoneados por d'Araujo (D. José Bento) y d'Almeida (D. Manuel Casimiro), que fueron (os touros, no os cavalheiros) bravo el primero y menso el segundo.

Los del duque, bien presentados, dejaron en buen lugar el pabellon blanco y encarnado de su casa.

No quiere esto decir que hicieran faenas de esas que siempre se recuerdan; pero dado el evidente bajon de esa ganadería en estos últimos tiempos, dejaron satisfechos á los aficionados.

Los mejores fueron los tres primeros, en especial el tercero, y únicamente el quinto se defendió en el último tercio.

Aguantaron 41 puyazos, por 24 caidas y ocho rocines difuntos.

Cogida de Lesaca. - El primer toro, de Arrabal, llamado Vinatero, negro zaino, corniveleto, llegó á la muerte muy entero y descompuesto por las salidas falsas de los portugueses. Juan Gomez de Lesaca le toreó con gran precipitación, sufriendo coladas y acosones, y entró á matar por derecho y sin dar la necesaria salida, estando el toro desigualado, con una estocada caida, hasta la mano, siendo enganchado y volteado por el animal.

Llevado á la enfermería y reconocido por el doctor D. Elías Laburu, resultó tener una herida de pronóstico reservado en la region inguinal izquierda, "cuyo orificio de entrada es de ocho centímetros de extension y de veinte próximamente de profundidad subcutánea en casi toda su extension, con magullamiento y desgarradura de los músculos abdominales, que le impidió continuar la lidia. Una vez practicada la primera cura, fué conducido á su domicilio en una camilla.

Excusado es decir que nos alegraremos que la juventud del herido triunfe de la enfermedad, y que eso le sirva de leccion en lo sucesivo.

Una observación. Las corridas organizadas por sociedades benéficas traen pato á los lidiadores. Dos dió el Gran Pensamiento: en la primera fué herido Cara-ancha y en la segunda Salvador. Hoy le ha tocado á Lesaca pagar el pato.


Los caballeros. - Clavaron cinco rejonazos al primer toro y cuatro al segundo, con dos pares de banderillas. Fueron muy aplaudidos, agradando, sobre todo, como jinetes.

Los matadores. - Mazzantini se deshizo de sus dos adversarios con dos pinchazos y dos medias estocadas buenas, echándose fuera. Del toreo de muleta más vale no hablar. ¡Como decir que estuvo peor que de costumbre! ¡Ay, D. Luis! ¡très mal, très mal!

Manuel García hizo la faena de la tarde con Culebre, su primer toro, echándole á rodar, despues de un trasteo muy ceñido, parando, con una gran estocada. Se abrió de capa ante el mismo cornúpeto, dando cinco verónicas superiores y un farol y dos de frente por detrás buenos. Fué, con justicia, ovacionado. Con su segundo, el hueso de la corrida, estuvo bravo, pero pesado. En quites, muy bueno.

Dice Sobaquillo que Guerrita brindó ayer su faena á los barberos. Por mi parte no le quedo muy reconocido, porque aquello no mereció brindarse á nadie. ¡Hay que a reter, D. Rafael, que vamos perdiendo mucho terreno! Y á las frialdades de los públicos se contesta arrimándose á los toros.

Y ahora diré que los tres egregios matadores mostraron muy poca verguenza torera dejando marchar al corral á los dos Arrabales. Y apuesto una bacía contra tres... llenas á que no hubiera pasado eso si en la plaza hubiesen estado Lagartijo ó Frascuelo. ¡O tempora, ó mores!

Los banderilleros. - Mogino, Julian y Morenito clavaron los mejores pares. Bregando, todos mal, como de costumbre.

Los picadores. - Alguna vara del Chato y de Pegote se aplaudió.

El público. - ¿Lo vé V., amigo Sepúlveda? ¿Ve usted qué razon tenía yo al afirmar que lo bueno se impone siempre? El público madrileño aplaudió ayer ruidosamente al Espartero aquel buen toreo de capa, y le tributó una gran ovacion por la muerte de su primer toro, y en su segundo guardó la gran mayoría silencio, á pesar de que la faena de Manuel dejó mucho que desear.

Ese mismo público pasó tambien en  silencio las dos zarabandas que bailó D. Luis ante sus toros, y en cambio silbó al inviolable (segun V.) Rafael II, por una brega que no puede calificarse de mala.

Eso demuestra que los públicos dan y quitan; que podrán apasionarse más o menos, pero que á la postre vense obligados á aplaudir el verdadero mérito.

JUAN MATÍAS (el Barbero),

In EL DÍA, Madrid - 25 de Maio de 1891