23 DE AGOSTO DE 1880 - MADRID: BENEFÍCIO DO CAVALEIRO JOSÉ BENTO DE ARAÚJO NA PRAÇA DA CAPITAL DE ESPANHA (na imprensa espanhola)


Biblioteca nacional de España

PLAZA DE TOROS DE MADRID

A beneficio del caballero (José) Bento d'Araujo, rejoneador portugués, se verificó el lunes de la pasada semana una novillada, de la que vamos á dar cuenta á nuestros lectores.

Parece mentira que al dia siguiente de celebrada una corrida de novillos haya público para otra, pero así es en la tierra clásica del toreo, y el lunes, aunque no un lleno, hubo más gente de la que cualquiera hubiera podido figurarse.


A las cuatro y media salieron las cuadrillas capitaneadas por Mateito, que debia matar dos toros de puntas, y por Valladolid que debia matar los bichos embolados que rejoneara el caballero portugués.

Hubo los saludos correspondientes, el Sastre y Gos tomaron las lanzas y esperaron la aparición del primer animal.

El primer bicho, de puntas, era, como los tres restantes, de la acreditada vacada de Garin (muy conocido en su casa), y se llamaba Judio, su perlo era negro, basto, y la cuerna algo abierta.

Tomó con voluntad cinco varas del Sastre, sin causarle ningun desperfecto, y tres de Gos con las mismas consecuencias, es decir, sin novedad para la familia.

No necesitaba tanto el bicho para escamarse.

A consecuencia de estos pinchazos se dió á correr y en distintas ocasiones trató de marcharse á su casa.

Al efecto saltó una vez por el 2, otra por el 10, otra por el mismo 2 y otra por el 3.

Manolin le clavó un par de banderillas á toro parado, algo desigual, y otro á la media vuelta, caido; Eusebio dejó un par cuarteando algo abierto.

Cogió Mateito los trastos, y despues de saludar al Sr. Lopez Dávila que presidia, se acercó al toro con el trapo dando un pase natural, cuatro con la derecha, dos altos y un pinchazo sin soltar, prévio un desarme.

A esto siguieron un pase natural, dos con la derecha y una estocada delantera y atravesada.

por último, despues de un pase alto soltó un bajonazo soberbio que acabó con la vida de la res.

El bajonazo es la estocada de moda en los novillos como habrán ustedes observado.


Salió el caballero (José) Bento (de Araújo) con su traje de capellan de regimiento é hizo una porcion de cortesias al público y al presidente, despues de lo cual marchó á cambiar el caballo de los cumplimientos por el de pelea.

Armado el caballero de su rejoncillo correspondiente, se dió suelta á un toro embolado, negro, bragado, rebarbo y deseoso tambien de marcharse en busca del ganadero.

El caballero clavó tres rejoncillos con acierto siendo por ello aplaudido. El toro tenia muchos piés y mientras el Sr. (José Bento)  d'Araujo ejecutaba sus suertes fueron arrolados los chicos algunas veces.

Mateito recibió algunos bolazos, siendo derribado al suelo, pero sin malas consecuencias.

Tambien en otra ocasion saltó el toro trás de él por frente al 10.

El bicho saltó además otra vez por el 9, otra por el 10 y otra por la puerta fingida del 3.

Valladolid, que vestia morado y plata, tomó los trastos para dar muerte al toro embolado, que se hallaba por cierto con muchas facultades.

El chico empezó dando dos con la derecha, cuatro altos y uno de pecho, á lo que siguió un pinchazo volviendo la fila.

Despues de dos pases con la derecha, tres altos y uno cambiado, dió un pinchazo contrario andando.

Puesto otra vez con la muleta delante del toro, dió un pase natural, dos altos y un pinchazo saliendo trompicado.

Por último, una estocada delantera corta á paso de banderilla dió fin del primer embolado, pero no sin que el espada diera un intento de descabello.

El segundo de puntas, que era negro, capacho, salió al paso, pero tomó carrera hácia los medios y se coló en el callejon por la puerta fingida del 9.

Mateito le dió cinco verónicas, que fueron inútiles, para pararle los piés, porque el animal no queria más que verse fuera de la plaza y camino de su domicilio.

Intentó saltar otra vez por el 2, pero cayó al suelo sufriendo un golpe más que regular.

Los picadores apenas pudieron hacer nada con un animal tan huido. El Sastre clavó un puyazo, cayendo al suelo y perdiendo el caballo; el Gos puso dos varas sin caer, pero perdiendo el caballo á consecuencia de la segunda.

Villaverde y Pulguita fueron los encargados de banderillearle; el primero puso un par desigual y otro abierto, ambos al cuarteo; el segundo un par muy bueno cuarteando y medio al cuarteo tambien.

El buey se hallaba sumamente receloso cuando Mateito le puso el trapo delante del hocico.

Al primer pase, que fué con la derecha, se le coló, sin consecuencias afortunadamente, y en seguida, prévios cuatro pases más con la derecha y uno alto, dió el espada una corta á paso de banderilla bien señalada.

Un mete y saca bajo despues de un pase con la derechay tres altos fué el final de la faena.


Volvió á salir el portugués y se dió suelta á un aguilucho berrendo en negro, botinero y muy saltarin, como todos sus hermanos.

El caballero, despues de muchos esfuerzos y mucho tiempo, clavó tres rejoncillos y se despidió del público madrileño, que le aplaudió como de costumbre, y como se merece por su arrojo y habilidad.

El bicho, como decia, se dió á saltar, y lo hizo por el 7, por el 2 y por el 1.

Valladolid, encargado de matar este toro, lo hizo pronto y á la moda.

Primero dió un pase de pecho y fué derribado, sin que hubiera que lamentar desavío alguno.

Despues dió un pase natural, uno con la derecha, uno alto y una estocada baja!

Los aficionados tuvieron luego seis novillos para divertirse.

Hubo trompazos, aunque ninguno de malas consecuencias, al parecer.

JUAN DE INVIERNO

In EL TOREO, Madrid - 30 de Agosto de 1880