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BECERRADA
benéfica. organizada por la Asociación de alumnos de Ingenieros y Arquitectos, verificada el lunes 11 de Mayo de 1908.
la falta de espacio nos impide dar, como quisiéramos, con toda amplitud, la reseña de este festival, que resultó altamente simpático por el orden con que se efectuó, y el buen éxito que alcanzaron todos los que en él tomaron parte.
Diremos únicamente que los becerrillos de D. Maximo Hernán fueron bravuconcillos y se prestaron bien á la lidia, sobresaliendo el último.
El primer espada, Tomás Cordón, que estoqueó dos reses, toreó muy bien de muleta, y con la espada estuvo suelto y decidido. Antonio García, que también mató dos becerros escuchando aplausos, quedó mejor con la muleta que con el estoque, aunque en el último se entregó más.
Ricardo Martín, que quiso empezar su faena con un cambio á muleta plegada, fué arrollado, sin que esto mermara sus buenos deseos, alcanzando medalla de honor al herir, arreando una estocada en todo lo alto que tumbó al becerrillo, y Pedro Benito también escuchó palmas.
Todos estuvieron valientes, sin aturullarse, sin provocar disputas entre sí, respetando cada cual su turno y dando una nota de seriedad, que no es lo corriente en las fiestas de esta naturaleza.
Los lidiadores vestían elegantes y costosos trajes de la época de Pepehillo, sin que á ninguno le faltara un solo detalle de indumentaria.
Los picadores no tuvieron ocasión de lucirse, y en cuanto á los caballeros en plaza, diremos que se mostraron consumados jinetes, y aunque no pudieron hacer proezas como se comprenderá por no prestarse los becerros á la suerte, tanto Zacarias Martín Gil, como Luciano Vordi, clavaron algunos rejones, logrando dejar al segundo torete uno en todo lo alto, como pudiera hacerlo el mismo (José) Bento D'Araujo, y que provocó abundantes palmas.
Dirigieron la lidia Machaquito y Mazzantinito, que llevó el peso de la becerrada, y presidieron las aristocráticas damas Excelentísima Sra. Vizcondesa de Eza, Excelentísima Sra. de mendez Vigo, y Srtas. Hortensia González de Castejón, María Teresa Alacalá Galiano, María Teresa de Federico, y Georgina Lemenfeld, viéndose una selecta concurrencia de mujeres bonitas, tocadas con los clásicos atavios que han hecho célebre en todo el mundo á la mujer española; sobre todo en el tendido 9, que parecía un verdadero ramillete de flores.
Asistió al espectáculo desde su comienzo la infanta doña Isabel, que escuchó al entrar en el palco regio una sostenida ovación.
MARIANITO.
In EL TOREO, Madrid - 16 de Maio de 1908