Biblioteca nacional de España
ALGO SOBRE LA TEMPORADA DE 1904 EN LISBOA
La corrida inaugural en el Campo Pequeño, celebróse en
el 3 de abril, y la última en 23 de octubre; durante este tiempo realizáronse
veinte corridas; unas organizadas por la empresa, Batalla, Gama y Telles, y
otras por diferentes personas.
En aquellas, organizadas por Batalla y Compañia casi
nunca los buenos é imparciales aficionados quedaron satisfechos, este señor
arreglando los carteles, cuidaba más de los nombres de los artistas, que del
elemento principal: los toros.
Corridas hubo, en que "los diez toros hermosos y
bravos" de Fulano, salieron "diez indecentes chivos" ó quizás
mejor, "diez feas ratas con cuernos".
Los amigos de los empresarios, dicen que ellos
hicieron todos los posibles, para servir bien la afición y por eso, buscaron toros
de las mejopres ganaderías lusitanas y contrataron los maestros de grande
estima en el vecino y amigo reino; pero
á esos que hablan sin
razón,
vamos á dar contestación.
Que la empresa habló, con los criadores más
renombrados, no cabe duda; pero, que ella no sacó lo mejorcito que tenían de
los cerrados, por salir caro, también es verdad; años pasados van y no muchos,
que la compra de diez verdaderos toros, costaba 500 duros en moneda portuguesa;
pero ahora, los señores empresarios de casi todas las plazas, han llegado á
presentar ganado de 50 á 100, ó 200 duros.
Dico está con esto, que los ganaderos, por esa
cuantía, no dan ni pueden mandar á la plaza, toros en condiciones de ser
lidiados, de buena presencia y de fino trapío; mandan lo peor que por allá
tienen; y la cosa resulta, como nosotros, los infelices aficionados libonenses,
tenemos visto.
Adelante, carísimos amigos; sepan que si el Sr.
Batalla, contrata diestros españoles de reconocido mérito, es porque se ve
obligado á eso; en un cartel en que no figuren los apodos del valiente "Fulanito",
del célebre "Zutanito" ó del clásico "Menganito", nadie se
fija, nadie se acerca al despacho de billetes y nadie va "¡A los
toros!".
Todo el mundo sabe que va á ver una mamarrachada;
retráese el público, y con las pesetillas con que sacaba las entradas, va de
paseo hasta Ribamar ó al Arieiro, á cenar en la "Pierna de Pau" ó al
"Pepe de los Pacatos"; esta es la verdad y el resultado, de que no
tengamos un Reglamento, para las corridas de toros, donse se salvaguarden las
garantías del pueblo soberano; y también es el modo de pensar de quien no tiene
recibidos favores de la empresa "y que jamás los recibirá"; hablamos
y hablaremos, pero siempre y solamente en pro del heroico arte de Montes y Cúchares, y para en engradecimiento de
la fiesta Ibérica.
De lo que pasó en la plaza de Algés (tambien de
Lisboa) mejor es no menearlo; diremos que no solo en Barcelona hay Abelardos;
por acá también tenemos dos; Batalla en el Campo Pequeño y Segurado en Algés;
una pareja que es de padre y muy señor mío.
Añadiremos también, que lamentamos profundamente, que
el gran Fuentes y el simpático Cocherito
de Bilbao, que es un torero que promete, vayan á torear á Algés, con
sinvergüenzas, que ni siquiera saben ponerse la montera.
Como arriba, queda dicho, efectuáronse veinte
corridas, siendo nueve organizadas por la empresa, siete por artistas y cuatro
por comisiones.
Una de estas, la de 5 de junio, fué en beneficio de la
madre y hermana del desventurado rejoneador Fernando de Oliveira; el resultado
fué magnífico, pues el líquido. ascendió á 6,500 duros en moneda portuguesa;
otra fué organizada por los empleados de la empresa, y se realizó con elementos
españoles el 24 de julio; otra á beneficio de los toreros inválidos Juan del
Río Sancho y Juan de la Cruz Calabaça, que se echó fuera el 11 de septiembre,
recibiendo cada uno de los beneficiados la ínfima cantidad de 258 duros. ¡Pobrecitos!.
Y la última, organizada por un grupo de aficionados, con elementos españoles
también, para el 23 de octubre, finalizando con ella la temporada de 1904.
En estas corridas se corrió ganado de Infante de
Cámara, Correa Blanco, Oliveira, Marqués de C. Melhor, Lezirias, Gama, Duarte, Dr.
Guizado, Bragança, Froes, Marqués, Cuna é Silva Roberto, S.M. el Rey, Patricio,
formando un total de 196 toros, que fueron lidiados por los diestros
Mazzantini, Quinito, Fuentes, Algabeño, Bombita II, Montes, Chicuelo,
Machaquito, Morenito de Algeciras,
Lagartijillo chico, Regaterín, Cocherito, Revertito, Bienvenida, Camisero, Rerre, Pulguita, Gallito chico y Bombita III.
Tomaron parte los siguientes rejoneadores:
(José) Bento de Araujo, Oliveira, Casimiro, Pereira,
Alves Simoes Serra, Macedo, Casimiro, Marqués, Morgado de Covas y Mascarenhas.
Alternativas y cogidas
Durante la época de 1904, tomaron la alternativa, en
la plaza del Campo y en las fechas que indicamos, los siguientes artistas:
El rejoneador Víctor Marqués, que la recibió de manos
de José Bento de Araujo, en el 3 de julio; el caballero Morgado de Covas, de F.
Ricardo Pereira, en el 17 del mismo mes; y los banderilleros Ribeiro Thomé y
Francisco Cruz, doctorados por Jorge Cadete en 19 y 26 de junio.
Fueron cogidos los diestros que siguen:
Revertito en la de inauguración, con rotura de la taleguilla y
pequeñas contusiones; en la misma, Bombita
III, sin consecuencias; Fernando d'Oliveira, en la sexta, siendo retirado
de la arena casi muerto y exhalando el último suspiro en el camino para el
Hospital; D. José Mascarenhas en la 16ª, resultando con lesiones de alguna
importancia en las piernas; Machaquito
en la 19ª, con el pie derecho muy lesionado; además de estos también fueron
cogidos, los banderilleros M Santos Cruz y dos forcados pero felizmente sin
consecuencias.
Algunas palabras sobre Fernando d'Oliveira, rejoneador
Nació el rejoneador, en Benavente, el 12 de marzo de
1859; aficionado al toreo á caballo desde su juventud, tomó parte en diferentes
corridas de beneficencia como amateur, y en 1887, dedicóse con cariño al noble
arte de Vimioso y Marialva, y en poco tiempo sobresalió sosteniendo
competencias con Finoco, ya muerto también, y con Mourixa el verdadero maestro del
rejoneo.
Toreó, con general aplauso, en todas las plazas
lusitanas y en algunas españolas entre ellas, la de Madrid; fué á América del
Sur algunas veces siendo objeto de ovaciones entusiastas. Y de triunfo en
triunfo fué viviendo, hasta que la implacable muerte, le fué al encuentro, en
uno de los campos de sus glorias.
¡Desgraciado fin!
En el 12 de mayo (el mes fatal) Fernando tenía que
torear el segundo toro de la tarde y que pertenecía al marqués del Castello Melhor;
saló del chiquero, el número 39, colorado, con bragas, gacho y de arrobas y que
atendía en los prados por Ferrador;
el eximio artista, empezó toreando alegre y valientemente; puso dos rejones
largos, superiores y fué muy aplaudido, que dando satisfecho por el entusiasmo
que su trabajo estaba despertando en el público, que casi llenaba la plaza; el
animal era muy tardo, y por eso Fernando lo citó en corto y colgó otro rejón
(el último de su vida), resultando con cogida de la montura, por los cuartos
traseros; cayendo entonces caballo y caballero.
El toro hizo por los bultos y se adivina lo que pasó;
aunque es imposible describirlo; mientras, Bombita-chico,
Chicuelo y otros quitaban al toro,
otros llevaban el cuerpo inerte del malogrado artista á enfermería; los médicos
que allá acudieron, certificaron la fractura del cráneo por la base, y muchas
otras heridas gravísimas; ordenaron que al Hospital de S. José llevasen á
Fernando; pero, en el camino, exhaló el último suspiro el desventurado artista,
inventor de las suertes de garupa.
¡Pobre Fernandino, como le llamaban sus amigos!
Con su malhadada muerte, perdió su amantísima madre,
un cariñoso hijo; su hermana, un bondadoso hermano; sus amigos, un bueno,
verdadero y desinteresado amigo; la afición, un artista concienzudo y
pundonoroso y la tauromaquia portuguesa, uno de sus más brillantes
mantenedores.
¡Paz eterna á su alma!
Todas las corridas, fueron de diez toros, excepto la
de 24 de julio y la de 23 de octubre, á la española, en que se lidiaron ocho en
cada.
Dejaron gratos recuerdos, los siguientes artistas:
Quinito, Moreno de
Algeciras, Cocherito, Revertito, Bienvenida, Camisero y Rerre.
El picador Molina,
Patatero, Moyano, Maera-chico, Cayetanito, Braulio, Moreno y Ostioncito.
Según informes, que considero verdaderos, la empresa
venidera estará compuesta, por los señores ganaderos Esteban d'Oliveira y Simao
de Veiga y del rejoneador José Bento de Araujo; ignoramos lo que se proponen
presentar, estos señores, pues hasta ahora nada han resuelto, sobre este
asunto; nosotros hacemos votos para que la próxima temporada satisfaga
completamente á la afición y al público en general; y también, que con el año
de 1905, venga ese Reglamento, deseado por todos los que se interesan por la
vida y brillantez del noble y sublime arte del toreo.
Termino estos renglones despidiéndome hasta al año
próximo de los amables lectores de LA FIESTA NACIONAL, y de la simpática
redacción de este semanario, y en particular de su director, de mi bueno é
inolvidable amigo, el Sr. D. Arturo Llorens, que me hizo el alto honor, de nombrarme
corresponsal del semanario en Lisboa.
EDUARDO M. NEVES, Sombrero-ancho
In ALMANAQUE DE LA FIESTA NACIONAL, Barcelona - 1905