8 DE AGOSTO DE 1880 - MADRID: ESTREIA DO CAVALEIRO JOSÉ BENTO DE ARAÚJO NA PRAÇA MADRILENA



Biblioteca nacional de España


SECCION DE TAUROMÁQUIA

TOROS Y NOVILLOS

Tercera corrida celebrada en Madrid el 8 de Agosto de 1880.

Dos novedades contenian los programas de la novillada celebrada ayer: primera, la de presentarse en nuestro circo á rejonear el caballero en plaza José Bento d'Araujo; segunda, la de quedar suprimidos los novillos embolados para el público. Medida es esta última que aplaudimos muy de veras, pues el espectáculo era poco edificante y tenia mucho de salvaje. Y ya que en Madrid se ha tomado resolucion en este asunto, esperamos muy fundadamente que el señor gobernador prohibirá las novilladas que en los pueblos de celebran, lidiándose toros en puntas que siempre causan desgracias.

La empresa merece nuestros plácemes por haber presentado en Madrid al caballero (José Bento de) Araujo, que es uno de los mejores rejoneadores de Portugal.

Y sin más preámbulo, consignaremos que el señor Cipriano Moreno Lopez se llevó una bronca por presentarse en el palco presidencial algunos minutos despues de las cinco y media, hora marcada para el comienzo de la funcion. Los dos moruchos embolados para la cuadrilla de principiantes fueron bravos, dando á las esperanzas del toreo unas palizas de buten, derribando á los picadores tres ó cuatro veces. Apenas se retiró al corral el segundo morucho, los alguaciles fueron en busca de la cuadrilla formal, que hizo el paseo entre los aplausos de la concurrencia que casi llenaba el anchuroso circo. Cumplidas estas formalidades, salió Madalena, que como los cuatro bichos siguientes era de D. Mariano Yague (Sevilla), y sacaron distintivo blanco y negro.

El cornúpeto, que era negro, lombardo, liston, cornigacho y de piés, empezó la quimera sin gran empuje; pero luego se creció y tomó de Manitas dos varas por un jaco, del Sastre cuatro, por una caida y un penco fuera del mundo, y de Tabitas sufrió tres garrochazos, teniendo el chico los mismos percances que Perez. La caida del Sastre fué al descubierto, y estuvieron al quite Santitos y Lagartija, siendo de advertir que este último habia dado al toro unas cuantas largas apenas habia salido el buró del estarivel.

Culebra inauguró el segundo tercio con un par muy bueno al recorte. Pepin secunda con medio par al cuarteo y termina Isidro con un par alto al relance, quedando el bicho receloso y buscando en las tablas su defensa. Así lo encontró Lagartija, que vestia de celeste y oro, cuyo matador empleó 13 pases con la derecha, seis de telon y 12 naturales para un pinchazo á volapié en las tablas, otro contrario y bueno arrancando y embraguetándose y una muy trasera arrancando.

La faena fué larga y pesada; pero el toro no se cuadraba y se cernia á ratos, defendiéndose en las tablas unas veces y en los caballos otras. Sin embargo, el matador debió prohibir que anduvieran tantos capotes aburriendo al toro y debió pasarle más en corto y no abusar de la derecha.

Pepin acertó con la puntilla á la primera.

El segundo toro, llamado Morito, era un buró de respeto: salió ya del chiquero con recelo y no hacía por los objetos sino cuando estos estaban cerca. En las varas, aunque tardo, demostró poder y bravura, tomando de los de tanda cuatro varas por mitad y del reserva Tabitas una que le costó una caida pistonuda. El Sastre tambien sufrió un descenso y perdió el jaco.

Tardo, receloso y con piés llegó Morito á los palos, de los que le colgó Eusebio un par bueno cuarteando, y Santitos medio orejero lo mismo, saliendo despues Eusebio una vez en falso.

Y como se hacía tarde y el torillo no hacía por les muchachos, varió el presidente la suerte y volvió Juanito Ruiz á empuñar el estoque y el trapo; pero el buró no queria morir de mano airada y se fué al corral entre los mansos con gusto el público y con sentimiento de Lagartija, que hizo la siguiente faena:

Perdió el trapo tres veces, tomó el estribo una, dió siete pases con la derecha, cinco naturales y dos de telon y largó cuatro pinchazos malos á paso de banderillas y dos bajas lo mismo. Pepin desde la barrera ayudaba al espada, pinchando al toro; pero todo fué inútil: la res volvió al corral y el diestro se llevó la bronca X, por más que algunos aplaudieron.

José Bento de Araújo
Copyright Rui Araújo

Concluida esta segunda parte de la funcion, Lagartija y los auyos abandonaron el circo, y los alguaciles presentaron al presidente á (José) Bento (de) Araujo que montaba un buen caballo lujosamente enjaezado. Sonaron los clarines y salió Pintadito, negro, giron, bragado, de muchas astas y con bolas doradas en las puntas de aquellas. El animal era para la infantería, de piés y bravo, pero para el caballero fué manso; así es que (José Bento de) Araujo, á pesar de sus laudables esfuerzos y de hacer una buena faena con el caballo, sólo pudo colocar un rejoncillo, pero este fué puesto en lo alto del morrillo, por lo que escuchó muchos y merecidos aplausos. Vista la ninguna codicia del bicho por el caballo, sonó de nuevo el clarín, y Raimundo Rodriguez, de morado y plata, pasa en corto y bien á Pintadito, 10 veces al natural, tres con la derecha, dos cambiados y uno de pecho y manda á su enemigo á mejor vida (si es que para los toros hay otro mundo mejor) de tres estocadas bajas sin soltar, un pinchazo arracando y un descabello á la segunda vez de intentarlo.

Cuando esto ocurria era completamente de noche, pues el presidente estuvo pesadísimo en los embolados y en todo.

Sin que se viesen los dedos de la mano, salió el cuarto llamado Parejito, negro, de libras, piés y bravo.

El caballero en plaza clavó dos buenos rejoncillos, pero en el segundo vió el toro el viaje del diestro y le cortó el terreno, dando á la salida de la suerte tal bolazo al caballo, que este rodó por la arena con el ginete. Levántanse ambos, cabalga nuevamente (José Bento de) Araujo, pero el tordo cae de nuevo al suelo para no incorporarse más, artrojando sangre por boca y narices. El caballero monta en la jaca castaña, y como la cuadrilla no le ayudaba ni se prestaba el toro, no pudo clavar ningun rejoncillo y se retiró, siendo aplaudido bastante por el público. Valladolid fuése en busca de Parejito y le soltó una estocada que no vimos, tomando el diestro el olivo por frente al 6 y saltando el toro detrás. Y allí en el callejon debió morir el buró, porque no volvió al redondel.

Al salir del circo hacia ya media hora que los serenos habian encendido los farolillos.

Para concluir, ahí van unos detalles y unos consejos.

El caballero en plaza vestia á la federica.

El primer toro de puntas dió tal golpe con la pala del cuerno al mono sábio Manuel García, que éste sufrió una gran contusión en el lado izquierdo de la región torácica y la fractura de la octava costilla.

El referido García, despues de que le hizo en la plaza la primera cura el Sr. Lanzagorta, fué donducido al hospital.

Las corridas sucesivas deben comenzarse á las cinco ó antes para que puedan verse las suertes que se ejecuten, y finalmente los toros para ser rejoneados, no deben tener tantos años como los de ayer, pues la edad hace á las reses recelosas y poco apropósito para dar juego. Toros de muchos piés y bravos, esos son los adecuados para que la suerte de rejonear resulte lucida, bonita y menos espuesta.

In BOLETIN DE LOTERÍAS Y DE TOROS, Madrid - 9 de Agosto de 1880