18 DE AGOSTO DE 1912 - ESPINHO: FESTAS DA VIRGEM COM UMA SAUDAÇÃO ESPECIAL DO CAVALEIRO JOSÉ BENTO DE ARAÚJO AOS AFICIONADOS ESPANHÓIS QUE ASSISTEM À TOURADA (na imprensa espanhola)


Biblioteca nacional de España

POR EL NORTE DE PORTUGAL

Veraneando "sobre un volcán"

VIII

La semana de la Virgen


También por acá tenemos nuestra semana grande: la semana de la Virgen. Hoy ha sido el domingo 18 de Agosto. El cura de esta freguesia, á quien veo todas las tardes sentado á la puerta de un estanquillo donde, á la vez que tabaco argelino, turco y habano, venden jabones finos de Oporto y vinos "verdes" y "maduros" de los viñedos del Douro, ha llevado su buen día de tarea. En su capillita alegre, que tiene en el atrio un mercado, hubo fieles por centenares. Muy de mañana, dos bodas: luego, una procesión dentro del templo; en la calle es pecado, según un reciente mandato. Las mujeres, que oyen la misa toda arrodilladas, con las manos entrecruzadas, los ojos en lo alto, en actitud de éxtasis, seguián la bella imagen de una Virgen azul y blanca, cantando á media voz estrofas de amor celestial. Por fuera estaban los puestos vacíos, las frutas avabdonadas, los perniles colgando á merced de "gatunos" librepensadores. El sacerdote, revestido de casullas blancas bordadas de oro, estaba radiante, y por fuera el sacristán, que es muy moreno, muy flaco, muy huesudo, muy feo el pobre, y que asusta á mi niña pequeña, golpeaba con unos mazos la vieja campana de la iglesia mayor, hoy en obras, y que vibra á flor de tierra, sobre unos andamiajes de madera á falta de torre, en la capillita, cuando el hombre flaco, negrucho y feo la aporrea con los mismos martillos con que ablanda y extiende la carne de las chuletas que luego se come.


Por la tarde hubo "tourada". Esto es aquí un recreo caro, pero entretenido. Para mí ha sido una tarde de envanecimiento. Un gentil caballero (José) Bento D'Araujo ha llevado su hermoso caballo blanco dando corvetas graciosas de frente y de costado hasta mi asiento de la barrera y me ha brindado una suerte. El rejoncillo tenía sorpresa, y cuando, clavado en los morrillos del animal, rompiólo el jinete, aparecieron, enlazadas, unas banderitas de Portugal y de España. El público aplaudió gozoso, y por unos minutos españoles y portugueses olvidamos nuestras rabietas de ahora y echamos pelillos á la mar. Yo mismo, en ese rato de satisfacción íntima, he perdonado los infantiles agravios con que O Mundo nos obsequiara á varios periodistas y escritores de España, descubriendo un tenebroso plan de conquista, para preparar el cual nos han enviado los jesuítas á veranear por estas lindas playas.

Luego, entre dos luces, vimos nuestra buena función de títeres en mitad de la calle. Una mísera tropa de gimnastas saltarines y dislocados, sucios, andrajosos, con cara de hambre y de fatiga, improvisan un espectáculo allí donde ven ocho ó diez personas reunidas; frente á los cafés, á los Casinos, en plena Avenida, cerca de los quioscos donde vebden periódicos. La función es á palo seco; no hay música, ni siquiera el ronco tambor y el fiero y chillón cornetín que anima los bailes de las aldeas. Tampoco hay payasos, ni perros amaestrados que ladran la hora y rompen á saltos los aros de papel de colores; pero hay dos niñas muy chiquitas, muy pálidas, muy tristes que se suben sobre los hombros de su señor padre, se dejan ir hacia atrás y hacia adelante en peligrosos volteos, y que, al término de su trabajo rudo, corren hacia los escaparates de las tiendas de juguetes y se quedan, extasiadas contemplando los soldaditos de plomo y las muñecas puestas de veinticinco alfileres.

Esto no nos divierte; dejamos caer unos "tostones" en la bandeja, entre el asombro de las gentes del corro que no se explican tamaña liberalidad, y nos dirigimos al baile. Allí hay bellas y elegantes mujeres; hay valses y cotillones; hay miradas y galanteos capaces de lograr la unión ibérica más pronto y más duradera que con el galante brindis con que me había regalado (José) Bento D'Araujo; hay intermedios de concierto á cargo de dos camtantes españoles: una jovencita muy linda de figura y de voz y que ya peregrina por el mundo ganándose honradamente la vida, y un profesor de piano que también canturrea romanzas de nuestra vieja zarzuela. ¡Ah! también hay bandeja. Otros años la ruleta daba para músicas y bailes y para caprichosos regalos de cotillón; pero ahora la bolita "nao roda". El gobernador la ha prohibido, como toda otra clase de juegos de azar, y aunque la moral ha ganado mucho, á fondistas, cafeteros, comerciantes, barbieros y vinateros les ha quitado S. E. la cabeza.

Y luego á casita, que va á llover; pero, ¡oh dolor! nos aguardaba una mayor contrariedad. Hoy no hay pescado á ningun precio. La mar ha estado estos días sosegada y bella. Esta mañana lo estaba aún más, al punto de parecer dormida. Pero es domingo y los domingos no salen los pescadores aunque supieran que cada uno se iba á traer amarrada á su lanchón una ballena de plata. No es que les obligue una ley que decreta el reposo dominical. Es que en tal día como hoy cuatro barcas que se metieron muy adentro llevando 20 hombres cada una, allá se quedaron bajo las olas airadas. "Castigo de Dios — clamaron los otros — por no haber santificado la fiesta!" Y desde entonces los domingos se tienden al sol sobre la cubierta de las góndolas viejas, que les sirven de hogar, ó se van truenamente á la taberna á "soplarse" un litro ó dos de vino negro como la tinta de los calamares.

Semana grande, semana de la Virgen. Todo sonríe, todo es alegre, plácido, sereno; pero yo, como estoy á regimen, me acuesto hoy sin cenar.

Eduardo Muñoz

Espinho, Agosto 1912.

In EL IMPARCIAL, Madrid - 21 de Agosto de 1912