19 DE AGOSTO DE 1883 - SAN SEBASTIÁN: PRAÇA CHEIA E BOA CORRIDA...

 
Biblioteca nacional de España

LAS FIESTAS DE SAN SEBASTIAN.

            Imposible formar idea exacta de la animacion de San Sebastian en estos días, con una concurrencia tan extraordinaria, con un número tan grande de forasteros, no solamente del interior de la Península, sino tambien de la provincia y sobre todo de Francia.

            Las fiestas se han verificado en el mayor órden y no ha habido que lamentar ni un pequeño desman ni la más ligera riña.

            Todas las fondas se hallan atestadas de viajeros, las casas de huéspedes llenas, los restaurantes animadísimos, los cafés cuajados de consumidores.

            Segun los telegramas recibidos, la corrida de toros de ayer tarde agradó á los aficionados.

            El primer toro fué rejoneado á porta gayola y pegado de frente por portugueses.

            Mateito lo despachó de un banonazo.

            El segundo fué tambien pegado por los forcados portugueses y murió á manos del Manchao de una estocada honda y un descabello.

El tercero estaba destinado á los caballeros en plaza. (José) Bento d'Araujo clavó tres rejoncillos y dos Tabardillo.

            Mateito despachó al cornúpeto de un pinchazo y un mete y saca bajo.

            El cuarto fué rejoneado por el español Tabardillo, que quebró seis rejoncillos á caballo levantado.

            El Manchao mató al toro de dos pinchazos y dos estocadas.         

            El quinto fué rejoneado. (José) Bento d'Araujo quebró tres rejoncillos y Tabardillo cinco.

            Paco Sanchez mató á este toro con alguna dificultad, porque se defendia, despues de dos pinchazos y tres estocadas.

Sexto toro. (José) Bento d'Araujo quebró cuatro rejoncillos y Tabardillo otros cuatro, matando al toro con el último.

Los dos últimos toros se lidiaron á la española.

El sétimo tomó diez varas con voluntad y fué muerto por Paco Frascuelo de una estocada, despues de una brega lucida.

Los pases fueron buenos y muy aplaudidos.

El octavo aguantó nueve puyazos, y murió á manos de Lagartija, que le propinó un sablazo mayúsculo, despues de un pinchazo en hueso.

La plaza completamente llena.

In EL DIARIO ESPAÑOL, Madrid - 20 de Agosto de 1883