17 DE AGOSTO DE 1880 - MADRID: O CAVALEIRO JOSÉ BENTO DE ARAÚJO CO-PRESIDE O FUNERAL DO TOUREIRO ESPANHOL NICOLÁS FUERTES - EL POLLO (na imprensa espanhola)

 


Biblioteca nacional de España

Segun anunciamos en nuestro número anterior el mártes á las cuatro de la tarde se verificó en entierro del banderillero Nicolás Fuertes el Pollo. El cadáver, encerrado en una caja modesta, fué conducido por un coche de La Funeraria, tirado por dos caballos, desde el depósito del Hospital General hasta el cementerio de la Patriarcal, atravesando las calles de Atocha, Carretas, Puerta del Sol, Montera y Fuencarral, siendo seguido el féretro por más de 60 coches, algunos de ellos particulares.

Presidian el duelo D. Diego Arrué, los diestros Frascuelo y Mateito y el caballero (José Bento de) Araujo y entre los amigos del finado vimos á los Sres. D. Saturnino Barbero, Santiago de Juan, Antonio Lopez, Luis Maqueira, José Fierro, Rafael Menendez, Manuel Lopez Calvo, Francisco Miró, Enrique M. Vazquez, Manuel Cordero, Pedro Nuñez, Isidro Grané, Gonzalo Neira, Martinez, Juliá, Lozano, Lopez Rodriguez, Coton y otros muchos que no recordamos en este momento. Asistieron tambien los diestros Gonzalo Mora, Ojeda, Joseito, Ostion, Santos Lopez, Valladolid, Manchado, Angel Pastor, Colita, Agujetas, Toledano, Zoca, Chico, Ortega, Gaceta, el Santero y algunos otros de que no hacemos memoria. El cadáver de Fuertes fué depositado en la sepultura perpétua, número 44, de la galería tercera del primer patio.

¡Que descanse en paz!

El diestro Frascuelo, despues de presenciar el enterramiento del cadáver de Nicolás Fuertes, visitó la sepultura de Armilla.

Algunos periódicos de la córte atacan rudamente las corridas de toros recordando la catástrofe del domingo. En cambio cuando ingresan en las cajas del Hospital 20 ó 25 000 duros procedentes de las corridas; cuando el comercio de tal ó cual pueblo toma incremento merced á los forasteros que asisten á las funciones táuricas; cuando se allegan recursos por medio del espectáculo nacional para los inundados de Múrcia, para los coléricos ó para otras obras benéficas, entonces ni una frase de encomio para los lidiadores que trabajan gratis, ni una palabra favorable para nuestra fiesta favorita.

Si todos los espectáculos en que el hombre expone su vida habieran de suprimirse, ni uno sólo podia escapar á las iras de los detractores de las corridas de toros. Por fortuna estas seguirán á pesar de la guerra sin trégua que se las ha declarado.

In BOLETÍN DE LOTERÍAS Y DE TOROS, Madrid - 23 de Agosto de 1880