19 DE MARÇO DE 1909 - LISBOA: A PRIMEIRA CORRIDA DA TEMPORADA

 

Biblioteca nacional de España


Desde Lisboa

CAMPO PEQUEÑO

Inauguración de la temporada de 1909. - Otras noticias.

La nueva empresa de nuestro circo, Baptista y Lacerda, anunció que inauguraría la temporada el día de San José, con el espada cordobés Manolete; pero el tiempo, siempre lluvioso,  no lo permitió hasta el día 28, que, aunque no bueno, la efectuó con los mismos elementos y el espada madrileño Juan Sal (Salerí).

Pero, decididamente, el tiempo no está para estos divertimientos, que necesitan sol y moscas, y como el día apareció con mala cara, resultó que la primera corrida de la temporada no tuviera aquel entusiasmo que acostumbra tener tan viril espectáculo.

La concurrencia era diminuta, pues estábamos como en familia, y de ahí no es de extrañar que el espectáculo resultara monotono y triste, y si no hubiera sido por el trabajo primoroso del espada madrileño, que fue el que nos animó, lo restante, tanto los caballeros como los banderilleros, poca brillantez dieron á la función.

Los toros lidiados, que pertenecían á la ganadería de Emilio Infante, estaban bien presentados de carnes, pero la mayoria dieron poco de sí, á excepción del octavo y noveno, que cumplieron, y del segundo, cuarto y quinto, que fueron regulares.

Los rejoneadores José Bento (de Araújo) y Manuel Casimiro, dieron poco lucimiento á su trabajo, á no ser alguna que otra farpa bien colocada, que la concurrencia aplaudió para calentar las manos, porque la tarde estaba fría.

De la infantería portuguesa, sólo hubo alguna que otra banderilla, puestas por Teodoro y Cadete, y un soberano par á la gayola, puesto por Antonio Trujillo (Malagueño), que fué aplaudido debidamente.

Alfredo dos Santos, uno de los nuevos, pero con mucha afición y valentía, dió un cambio de rodillas bueno. Al entrar á banderillear el tercero, fué volteado sin consecuencias.

Consignado esto, pasemos á ocuparnos del espada madrileño Salerí, que fué el que animó la función.

Salerí es un torero fino, sereno y elegante. Banderilleó el quinto y noveno toros, dejando superiores pares, principalmente uno al cambio, que ni Fuentes lo colocaría mejor, oyendo una gran ovación.

Con el trapo rojo hizo faenas primorosas, cargando la suerte, ciñendose, todo ello ejecutado con elegancia y arte, arrancando aplausos justificados de la concurrencia.

Lanceó bien de capa alargando los brazos bien, ayudó también á los portugueses con eficacia, por lo cual se ganó la mar de aplausos. En una palabra: Salerí tuvo una buena tarde en Lisboa, y tengo la seguridad que vendrá más veces este año á torear á Campo Pequeño.

La corrida fué bien dirigida por el concienzudo aficionado Sr. Jayme Henriques, y asistió á todo el espectáculo el hermano del Rey, Sr. D. Alfonso, que aplaudió mucho las faenas del espada madrileño.

Este es, en resumen, lo que fué la primera corrida de la temporada, que fué también amenizada con alguna lluvia, que obligó á los espectadores á que tuvieran que abrir los paraguas algunas veces.

MANUEL J. GÓMEZ

In EL TOREO, Madrid - 13 de Abril de 1909