17 DE AGOSTO DE 1883 - SAN SEBASTIÁN: UMA CORRIDA MÁ PARA O CAVALEIRO PORTUGUÊS (na imprensa espanhola)



Bibliothèque nationale de France

 Tercera corrida verificada el 17 de Agosto de 1883.

TOROS CON CABALLEROS EN PLAZA.

El ganado de la viuda de Martín, de Colmenar Viejo, estaba bien criado y dió juego, aunque algunos toros fuesen algo blandos.

A las cuatro y media, al agitar el trapo el concejal Sr. Lizasoain, se presentaron á verificar el paseo las cuadrillas con los caballeros en plaza D. José Rodríguez Tabardillo y el caballero portugués D. José Bento d'Araujo, apadrinados por Lagartijo y Chicorro, con el aparato debido en carruajes tirados por cuatro caballos enjaezados y empenachados lujosamente, y con ricas gualdrapas y sus correspondientes palafreneros, pajes, alguaciles, cuyos trajes habían sido construidos por el Sr. Paris en Madrid.

Hecho el desfile, y preparados los caballeros para el combate, salió el primero, de Colmenar, Lentito, castaño, abierto de cuerna, careto. (José) Bento (de Araújo) quebró con lucimiento dos rejoncillos, y en el tercero sacó herido en una pierna su precioso potro castaño.

Tabardillo quebró regularmente el primero y segundo, de una manera inmejorable el tercero, de frente, librando bien su jaco ordo, y otros tres más, siendo aplaudido con entusiasmo.

El de Colmenar saltó la valla.

Agitado el percal por la presidencia, se presentó con los avios de matar el sobresaliente Valentín, cuya pesada faena fué la siguiente:

Cuatro pases naturales sin rematar, uno con la derecha, dos altos y uno cambiado y una estocada honda á volapié dolorasamente atravesada.

Tres pases naturales, dos altos y una corta baja.

Arrodillado el toro, volvió á levantarse con la revalenta del cachetero. Valentín intentó muchas veces el descabello, pero se tapaba el bicho; por fin, cansado éste, entregó su testúz al puntillero.

El segundo era Raton, tambien castaño oscuro, cornivuelto, ojinegro.

(José) Bento (de Araújo) monta otro alazan, y por defenderlo sin duda, cuartea delante del toro antes de meter el brazo, sin que clavara un solo rejoncillo. Se ganó una buena grita.

En cambio, Tabardillo, que estuvo incansable, obtuvo una ovación unánime en los cinco rejones que quebró, siendo algunos de ellos de verdadero mérito.

El caballista andaluz dió prueba de que es un ginete consumado, de mano firme para manejar el potro, y no le falta el valor necesario para haberselas con los cornúpetos.

Valentín da un pase natural, uno con la derecha y uno alto, y acosado por el colmenareño, va por aceitunas al callejon.

Vuelto 

In EL TOREO, Madrid - 3 de Setembro de 1883